martes, 30 de noviembre de 2010

Estudiar enganchado a la tele o al ordenador....

Los jóvenes dedican una hora y media al día a estudiar, mientras que pasan una media de cuatro horas delante de una pantalla (consola, televisión o Internet), tiempos que aumentan a mayor edad y se reducen en las más tempranas. Son datos de una investigación sociológica para conocer los hábitos de estudio de los escolares, realizado con entrevistas a 1.000 niños de entre 8 y 16 años y a sus padres. Estudiar pierde interés al pasar de Primaria a Secundaria: a siete de cada 10 niños de Primaria les gusta estudiar, mientras que solo cuatro de cada 10 Secundaria tienen una actitud positiva hacia el estudio, señala el informe encargado por la Fundación Antena 3. Por tanto, el 60% de los niños más mayores indican que no les gusta estudiar; son el 75% de los que suspenden y el 45% de los que aprueban.
Uno de cada dos estudiantes de secundaria con suspensos tiene problemas para concentrarse cuando tratan de estudiar; sin embargo, mientras estudian, un 48% escucha música, un 45% tiene gente cerca hablando, un 35% está conectado a Internet y un 25% tiene la televisión puesta. El informe, realizado por TNS-Demoscopia, señala que un tercio de los jóvenes no estudia en su habitación, sino en la cocina o el cuarto de estar y que esa misma proporción tiene problemas para entender las explicaciones de los profesores, sobre todo en matemáticas y ciencias.
A lo largo del curso, los escolares de Primaria dedican poco más de una hora al día a estudiar y media hora más los estudiantes de secundaria; cuando los exámenes se acercan, el tiempo de estudio sobrepasa la hora y media y las dos horas y media en secundaria. Delante de la pantalla, los alumnos de primaria están casi 3,5 horas (1,5 ante TV, 1 hora juegan a consola u ordenador y casi otra hora conectado a Internet), mientras que los adolescentes emplean cerca de 4,5 horas (1 hora y 49 minutos viendo la tele; 48 minutos a la consola o el ordenador y 1 hora y 44 minutos en Internet).

lunes, 29 de noviembre de 2010

“Al caballero Arnaldo le gustaba comer las setas asadas con la salsa de la carne de la venta que regentaba Dña Francisca,  pomposamente llamada Venta de la Hacienda. Hacía dos meses que las había probado por vez primera y desde entonces todos los viernes se paraba por allí para una vez más deleitarse con tan sabroso manjar. Últimamente, una vez tras otra había tratado de descubrir el secreto de dicho plato, pero Dña Francisca se negaba a revelárselo. Así es como Arnaldo comenzó a investigar en su pequeña cocina tratando de dar con el secreto......
Probó con todos los ingredientes que tenia en su cocina, pero nada, las setas no sabian igual... empezó a pensar si no seria cosa de los ingredientes, ¿Seria algo del lugar? ¿Alguien del lugar? Y... ¡¡Zas!! Se dio cuenta de que las setas Le sabian tan bien porque...(Cristina Vicent)
¡Porque Arnaldo las comía mientras miraba a la preciosa hija de Doña Francisca: la preciosa Esther! Entonces decidió que debía intentar enamorarla. Así pues, y ya que había estado cocinando tanto para encontrar el secreto de las famosas setas, quiso intentar conquistarla "por el estómago".
Buscó en las recetas de su familia, llegó hasta las más antiguas de sus antepasados. Finalmente, descubrió una muy extraña, que seguro le haría seducir a su amada... (Irene Fernández Rodríguez)

viernes, 26 de noviembre de 2010

MI HERMANO.....

"Nunca le perdoné a mi hermano gemelo que me abandonara durante siete minutos en la barriga de mamá, y me dejara allí, solo, aterrorizado en la oscuridad, flotando como un astronauta en aquel líquido viscoso, y oyendo al otro lado cómo a él se lo comían a besos.
Fueron los siete minutos más largos de mi vida, y lo que a la postre determinarían que mi hermano fuera el primogénito y el favorito de mamá.
Desde entonces salía antes que Pablo de todos los sitios: de la habitación, de casa, del colegio, de misa, del cine... aunque ello me costara el final de la película..."
 
 

Poco a poco me fui obsesionando con ser el primero en todo, hasta que conseguí ser más rápido que mi hermano en todas las cosas y en todas partes, incluso mejor que él en el colegio.
Para ello, empecé a hacer cosas como estropearle sus trabajos, molestarle para que no pudiera estudiar o cogerle sus cosas.
Pronto mi hermano dejó de hablarme, pues yo me había convertido en un enemigo para él. Ya no quería jugar conmigo, ni me prestaba nada suyo. No quería hacer nada conmigo.
Empecpapá.é a preocuparme porque yo le quería muchísimo a pesar de la competencia que tenía con él. Así que decidí contarle todo lo que me pasaba a mamá y hecho un mar de lágrimas le dije que Pablo ya no me quería. Ella pronto me nego lo que yo había afirmado, me explicó que las cosas no eran así, que mi hermano gemelo me quería mucho y que nosotros éramos exactamente iguales para ella y para papá.